A CAMILO DURAN
Mi cercanía con Camilo Duran y la familia Casas Sanz de Santamaría proviene de muchas coincidencias familiares y políticas:
Clarita Casas se caso con mi tío Enrique Soto Núñez, primo segundo de mi mama, vivieron en New York toda una vida y se convirtieron en nuestros padres adoptivos cuando Luisa, mi esposa, y yo vivimos en esa ciudad. Mis primos Soto, los dos pares de mellizos, siguen siendo muy cercanos, especialmente Miguel, con quien estudie Arquitectura en Pratt Institute en Brooklyn.
Andrés Casas se caso con una prima hermana de mi mama, María Luisa Sinisterra. María Luisa, su hermana mayor, Mercedes, y Paco fueron parte integral de mi infancia y les guardo un gran cariño.
Eduardo Casas se caso con Inés Carvajal, hija de la segunda esposa de mi abuelo. Los Carvajal son como hermanos de mi mama, Eduardo trabajo conmigo en el Banco de Bogotá y sus tres hijas, unas monas divinas, son todas socias de Country Club, donde yo soy vicepresidente, y las veo con frecuencia.
Vicente Casas se caso con Sylvia Bonnet Uribe, parienta de mi papa y muy cercana a la familia por entre todas las Uribe Portocarrero y su progenie. Con Vicente y su familia hemos estado siempre en el club y con José Antonio Bonnet Llinas, sobrino de Sylvia, trabaje 15 anos en el Banco de Colombia.
Pero después todo eso se complico, pues Alberto Casas iba con frecuencia a la finca de mi bisabuela pues era amigo de los primos y primas de mi mama, Enrique Casas, el hijo de Ignacio, el hermano que se costeñizo, trabajo en el puesto de bolsa de Luis Soto S.A. mientras yo estuve en la Junta Directiva, Belén Casas se caso con Antonio Botero, el suegro de Sylvia Kling, la directora ejecutiva de la Asociación que yo presido, la hija de Felipe Arango, compañero de trabajo y entrañable amigo, se caso con un hijo de Julita Casas, Hugo Palacios Mejía, Gerente del Banco de la Republica en los 80’s, cuando reestructuramos la deuda del Banco de Colombia, es casado con María Mercedes Lleras, Belén y Julita son dueñas de un anticuario al que frecuentamos, Catalina, la hija de Alberto, vive en mi barrio y dirige una galería de arte donde también nos invitan….
De las coincidencias políticas habría que remontarse al papa de los Casas Santamaría, don Vicente Casas Castañeda, que fuera gran amigo de Laureano Gómez, casado con la hermana de mi bisabuela, y que lo acompañara al exilio después del golpe de estado de Rojas Pinilla. Ese espíritu conservador, de recios principios, humanista y culto, pero responsable es parte de lo que la estirpe conserva. Por esa razón toda la familia Casas fue siempre bienvenida a San Francisco, la finca de mi bisabuela en Fontibón, donde pasamos gran parte de nuestra infancia.
Pero con la familia de Michín o Mercedes como le dicen quienes no la conocen, las relaciones comenzaron obviamente por todo lo anterior pero también porque Julio Durán padre era huilense y tenía una finca que se llamaba Angostura cerca de Neiva. Mi abuelo tenia finca en Baraya y mi tío Eugenio Ferro era Gobernador del Departamento y los Duran entonces hacían parte de la colonia huilense en Bogotá…
Como éramos más o menos de la misma edad, me comenzaron a invitar a los lonches de Camilo y Julio Duran Casas, donde nos hicimos buenos amigos a pesar que ambos me llevaban como dos cabezas de altura…Esos lonches se convirtieron en fiestas, las fiestas en parrandas donde Camilo era más asiduo pues Julio estudiaba medicina. En el club El Rincón jugamos golf con la misma gente Jorge Bermúdez, Jorge y José Prieto, el Paisa Vélez, Rafa de Ureña, Santiago Reyes, Roberto Franco, Filomena y Cartílago Restrepo.
Pero cuando realmente nos volvimos íntimos amigos fue en su época del sector financiero. Yo volví a Colombia de New York al Banco de Bogotá en 1979 y el estaba vinculado al sector a través de su firma Duran Casas y Cía. En los 80’s y principios de los 90’s se vivió en Colombia un drástico cambio, primero fruto de la crisis y luego de la modernización en la que Camilo, como miembro del Consejo Ejecutivo de la Bolsa, como vocero de los comisionistas de bolsa, hace parte integral de los logros de la época.
En el Banco de Colombia con mi socia Claudia Varela instituimos un almuerzo en donde nos reuníamos con Camilo, Álvaro Hernán Mejía y Gloria Alarcón, y los almuerzos siempre tenían algo de música (Bossa Nova cuando estaba deprimido), anécdotas, chistes y calambures, traguito y poco afán…Tanto que alguna vez pagamos la cuenta, salimos del restaurante, nos arrepentimos y volvimos a entrar al restaurante, tipo 4.30 de la tarde, para recomenzar el convite.
A principios del siglo XXI, Camilo resolvió hacer lo que a poca gente le sale bien…Cambiar de profesión, condición marital y dirección al mismo tiempo. Dejo de ser el brillante e influyente asesor financiero, se separo de María José y se paso a vivir solo a un apartamento con hamaca en la sala y se convirtió de la noche a la mañana en el hoy recordado exitoso comentarista radial, ejemplar entrevistador, ejecutivo de prensa y radio y mordaz hombre de farándula.
Nos dejamos de ver con la frecuencia que antes nos veíamos pero cada vez que podíamos nos juntábamos a recordar viejos tiempos pero sobre todo a intercambiar chistes y anécdotas, hacer comentarios “inteligentes” sobre nuestras vidas y reírnos de nosotros mismos.
A través de todos los hermanos y hermanas que lo sobreviven lo seguiremos viendo a él….Un abrazo a Michín, a Julio, a Vicente, Pablo y Francisco y a María, Rosario y Silvia.
2 Comments:
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Buen día, ud me podria ayudar con algun contacto de la señora Ines Carvajal de Casas, lo que pasa es que quisiera saber si ella me puede ayudar con una información de la familia Arboleda por el lado de su abuelo Eduardo Carvajal Arboleda. por su atención gracias.
Cordialmente,
Germán Pino Arboleda
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